Incógnita .

Hevensdei, Solmoth 11, año 7473 según el Cómputo de la Comarca.


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- ¡Brunilda! - grité desde mi habitación, mientras me aferraba a la almohada aplastada que ya había lanzado al suelo unas cuantas veces. - ¡Brunilda! - Ella no tardó en aparecer en el umbral de la puerta, sonriendo cual Gato de Cheshire y con su pluma plateada asomando por uno de los bolsillos del abrigo que casi nunca se quitaba. - ¿No tienes calor? Si quieres puedo prestarte.. 

- Directo al grano, por favor - me señaló, sentándose en la cama, a mi lado, y quitándome la almohada de encima. 

- Ah, sí, bien. Yo.. - sentí como mi rostro se volvía rojo como la grana.- ¡Brunilda! Tan sólo explícame por qué.. todo, ¡todo! ¡Todo esto que has escrito es tan...! 

- ¿Tan cierto? Escúchame, yo sólo he escrito lo que tú me has permitido saber, nada más. - se defendió Brunilda, con calma.

- ¿Y por qué todo esto me huele a predicciones? Tú eres un Oráculo, Brunilda; sabes lo que ocurrirá, ¿o no?

- Si quiero saberlo, lo sé. 

- ¿Entonces? - volví a tomar la almohada, esta vez con mucha fuerza -. He estado leyendo las Historias, y gran parte de ellas, en vez de refrescarme la memoria, me sacuden la mente como si de un terremoto se tratara. No parece la vida de hace algún tiempo atrás, si no la vida que está a punto de ocurrir.. ¡Profecías! ¡Puras profecías!

- ¿Y tú crees que esa es mi responsabilidad? - Brunilda me miró divertida, y continuó, sin esperar a que yo respondiera.- Sí, tal vez lo sea un poco; el estilo de escritura, tú sabes .. lo hace todo un poco más.. distinto, pero ten en cuenta que son tus experiencias las de otro mundo, no mi forma de escribir las cosas. Yo sólo me limito a ordenar. Tu vida es exactamente tal cual como la relatas, entonces, ¿de quién es la responsabilidad? Eres tú quien profetiza cosas, no yo. 

- No tengo tal poder.

- Claro que no. Y sin embargo, ahí estás, adivinando lo que sucederá. ¿Tienes miedo?

- ¿Qué crees? Ay, Brunilda.. no todo lo que cuento es como parece - ella lo sabía, ¿por qué tenía que aclarárselo una y otra vez?

- ¿Y qué? Tu vida es así, una eterna transición entre este mundo y los otros. Lo que no entiendes es que todo lo que te ocurrió allá, está comenzando a pasar aquí. Ten cuidado con lo que sueñas. 

Fruncí el ceño, y me mordí el labio, mientras por mi cabeza corrían imágenes, imágenes, imágenes y más imágenes, secuencias prohibidas... Sí, tenía sentido.. y , no, no lo tenía. 

- ¿Qué hago para detener esto? - pregunté, no muy convencida de querer realmente hacerlo.

- Dejar el puente en ruinas. 

Oh no..