Highdei, Crudo Invierno/Feliz Primavera 13, año 7469, según el Cómputo de la Comarca.
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Canción de bus uruguayo dirigiéndose a Camboriú, en una madrugada lluviosa:
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“Hablen de alguna weá bacán. . . de minos :P”
“¡ESTUDIEN!”
“En todo caso, chao.”
“Ja, ja. . . ¿qué minos? No los típicos, porfa.”
“Ti ni ní . . .”
“¡Mira, esa vieja ha pasado muchas veces por aquí! ¡Es el Diablo!”
“Oigan todos: ¡LA LILA ESTÁ PASÁ A CAFÉ!”
“¡Mentiraaaa! Ahora huelo a menta y chocolate.”
(. . .)
“Hola. Hablen algo que valga la pena.”
“Hola.”
“¡Nooo, voy a dibujar!”
“¡Me van a dibujar!”
“Ja, ja, ja. ¡¡Algo interesante!!”
“Hola.”
“Ji, ji, ji, ji, ji, ji. ¿No es interesante?”
“No. Algo que valga la pena.”
“Hola.”
“¡Qué es cómico el Pablo, ja, ja, ja!”
“¡Síí! ¿Qué onda?”
“Ná po. . . por eso hablen algo que valga la pena.”
“Hola.”
“Del amor. . . ha, ha, ha, estoy enamorada y muchooooo.”
“¡OOOOOOOOH! Por la. . ., la Cele y la Dally repiten a cada rato lo mismo.”
“Hola Hita, ¿cómo estás?”
“Hola, estoy bien.”
“Yo también.”
(. . .)
“Bon jour, amis.”
“Ya empezaste. Hola a todas/os menos a la que habla raro.”
“¡Hola! ¿Qué hacen?”
“¡Naaah, qué estamos terrible pajeros! ¡¡Profe latera!! ¿Qué onda?”
“La cagó, queda una hora. ¡Clock, clock!”
“¡Holitas! Loco, antes era más entrete historia.”
“Bueno, acostúmbrate.”
“Esta profe es idéntica a la princesa Fiona de Shrek.”
“¡JA! La profe se pasó. . . oye, ¿juntémonos nosotros para hacer la tarea?”
“Sí, seamos todos en el grupo.”
“¡Sí, juntémonos a hacer esto!”
“¿Qué weá? La media cagá, no cacho ni una. ¿Qué grupo? ¿Qué weáááááá?”
“Oye, esto es una mierda.”
“Paren de decir weas.”
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No. No paramos de decir weas, gracias a quién sabe quién y a nuestras charlatanas bocas. Ni yo, ni ninguna de nosotras paró un sólo día. ¿Qué hubiese sido del colegio sin nuestra perspectiva de cada pasillo y escalera, sin nuestros comentarios muchas veces estúpidos, banales, mundanos, ingenuos y sin sentido? ¿Qué hubiese sido de esas varias mesas de todas las salas del colegio si nuestro plumón mágico no hubiese escrito en ellas “¿Vos sos Dios?”. ¿Qué hubiese sido de nuestros almuerzos, sin cáscaras de naranja, limones, tenedores desaparecidos y tijeretas asesinas? ¿Qué hubiese sido de esa paja escolar tan palpable en el ambiente, si no la hubiésemos retratado en un destartalado cuaderno, en una servilleta, en las paredes o en los “doses” en matemáticas? ¿Qué hubiese sido de nosotras sin La Exiliada del Sur, El Fantasma de la Ópera, el Wall Cats, el maldito Abanderado, el chamullo que fue la exposición de Sudáfrica, The Profus Attack y todas esas voladas? Ay, ¿y qué sería de nosotras sin todos éstos recuerdos, que a través de unas pocas palabras, se nos vienen a la mente y al corazón? Probablemente no mucho.
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“Ya, entonces, cha'ela chorizas. Llegó la hora de decir adiós, decir adióóós. ”
“Chabela a todas las longis ja, ja.”
“¡Nooo, todavía no!”
“Chao, bye, adiós, je, je, je.”
“Váyanse luego todas. Chao a mis amigas, nunca las olvidaré.”
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Y vuelvo a repetir, como esa vez. . . ¡No, todavía no! Porque apenas estamos desviando nuestros caminos, todavía hay tiempo, y además, ¿quién dijo que existía el adiós?
En un flash de cuatro años logré captarlas, revelarlas y enmarcarlas en lo más profundo de mi corazón. Ahí quedaron, inolvidables . . . y con todas sus escenas derivadas del absurdo :*
http://www.youtube.com/watch?v=7CaO5OY8vD8
El viejo regalo, ¿se acuerdan?