Highdei, Postyule 5, año 7470 según el Cómputo de la Comarca.
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Podría decirse que su pasatiempo favorito era llorar, pero esto era decir mucho y a la vez, nada. Era de esos seres etéreos y de alma pálida, que se acurrucaban a la luz de la luna sin nada más que hacer que soñar y deshacerse en suspiros. En algunos casos dejaba que su vieja arpa se lamentara por ella en los desvelos, otras veces simplemente la apoyaba en el marco de la ventana, y se echaba a llorar por todas las desgracias de su vida (las reales y las supuestas). Y así se le iban las noches, en inquietudes estremecedoras, en lunas borrosas, en brisas que no refrescaban su rostro. Todo eso lo recordaba por sus lágrimas guardadas. Sí, porque coleccionaba lágrimas en frasquitos de cristal, y los etiquetaba a cada uno, poniendo la fecha y la causa amarga del llanto. Con ello volaba su Imaginación, y volaba tan alto, que ocurrió que una estrella le cortó un ala, y cayó ante los ojos dormidos de un completo desconocido (y en realidad, no tan desconocido). Esa velada, la muchacha sintió que un pedacito de su ser se desprendía de ella, para no volver nunca más. Se imaginó que de tanto sufrir, se quebraría tan fácilmente como un espejo, y aunque la idea le desagradó, sentía que no había nada más que esperar. Lloró como nunca por el inicio de lo que sería una pérdida fatal en su existencia, tapó el frasco nuevo y escribió la etiqueta correspondiente.
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Podría decirse que su pasatiempo favorito era llorar, pero esto era decir mucho y a la vez, nada. Era de esos seres etéreos y de alma pálida, que se acurrucaban a la luz de la luna sin nada más que hacer que soñar y deshacerse en suspiros. En algunos casos dejaba que su vieja arpa se lamentara por ella en los desvelos, otras veces simplemente la apoyaba en el marco de la ventana, y se echaba a llorar por todas las desgracias de su vida (las reales y las supuestas). Y así se le iban las noches, en inquietudes estremecedoras, en lunas borrosas, en brisas que no refrescaban su rostro. Todo eso lo recordaba por sus lágrimas guardadas. Sí, porque coleccionaba lágrimas en frasquitos de cristal, y los etiquetaba a cada uno, poniendo la fecha y la causa amarga del llanto. Con ello volaba su Imaginación, y volaba tan alto, que ocurrió que una estrella le cortó un ala, y cayó ante los ojos dormidos de un completo desconocido (y en realidad, no tan desconocido). Esa velada, la muchacha sintió que un pedacito de su ser se desprendía de ella, para no volver nunca más. Se imaginó que de tanto sufrir, se quebraría tan fácilmente como un espejo, y aunque la idea le desagradó, sentía que no había nada más que esperar. Lloró como nunca por el inicio de lo que sería una pérdida fatal en su existencia, tapó el frasco nuevo y escribió la etiqueta correspondiente.
Me enamoré, y no sé de quién. Quizás del aire. ¿A qué más podría atribuirle esta desazón?
Continuará. . . ...

3 comentarios:
Me dejaste pensándo y muy volada (:
Y,por cieto no es la única que guarda sus lágrimas en frasquitos de cristal...guardar los suspiros también es bonito.
La música...estoy segura de haberla escuchado muchas muchas veces.¿Dónde?
!Qué lindo y triste a la vez! Si el amor le cortó un ala, ¿regresará a ella? Estar enamorado de no saber quien, o de no estar segura si esa persona devolverá su ala pérdida a ella en una forma de corresponder... no sé io x.x
Me emocionó el escrito .3
Y espero su continuación...
me enamore...
y se bien de quien...
pero se esta convirtiendo en aire...
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