Trewesdei, Yule 2, año 7471 según el Cómputo de la Comarca .
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- ¿Qué es lo que más te gusta de mí? - le pregunté una noche.
Y él me respondió, como en tantas otras ocasiones:
- Me gustas tú, sin ninguna excepción - y añadió, al ver la actitud inquisitiva que yo adoptaba -: pero lo que más me gusta son tus ojos, tu sonrisa, tu pelo, tu figura, tu voz .. . bueno, todo.
Al ver la sonrisa que se dibujaba en mi labios, se relajó y creyó que una vez más había ganado la partida. Pero ambos sabíamos que todas esas palabras eran sólo meros detalles inciertos y ajenos a nuestros lazos. Yo sabía que no le gustaban mis ojos porque le asustaba mi manera de mirarlo. Mi sonrisa era torcida, mi pelo era terriblemente indomable para su gusto, y mi figura dejaba mucho que desear. Y mi voz .. . ehm, era tan.. . ¿normal? . Sin embargo, me enorgullecía de poseer unas perfectas cejas oscuras, una nariz fuera de lo común y lindos calcetines de colores. ¿Por qué a él no le agradaban esas cosas que a mí me hacían tan única en el mundo?
A veces he llegado a pensar que soy demasiado bruja como para que alguien me merezca.
Por eso me miro constantemente en el espejo, con los ojos llenos de ironía reprimida, y me invento pequeños momentos de cuestionamientos, respuestas obvias y rechazos que simbolizan todo lo que no puedo decirme a mí misma salvo a través de terceras personas .. . que no existen .
Él captó cierta incomodidad que se escapaba de sus expectativas, y buscó en sus anteriores palabras alguna punzada de insatisfacción. No la encontró, como era obvio, y sin nada mejor que hacer, me abrazó y me susurró al oído:
- También me gusta tu olor. . hueles como a .. .
- ¿A qué?
- A. . .bueno, no sé, pero es especial.
Me reí a carcajadas frente a mi propio reflejo. Vamos, que no se puede ser tan simplón en la vida .. ¿A quién puede gustarle el aroma de alguien a quien jamás ha olido siquiera? Me di la vuelta, y decidí salir a tomar aire .. . no, no estaba dando resultado. Sinceramente, creo que estoy en medio de una crisis de creatividad.
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- ¿Qué es lo que más te gusta de mí? - le pregunté una noche.
Y él me respondió, como en tantas otras ocasiones:
- Me gustas tú, sin ninguna excepción - y añadió, al ver la actitud inquisitiva que yo adoptaba -: pero lo que más me gusta son tus ojos, tu sonrisa, tu pelo, tu figura, tu voz .. . bueno, todo.
Al ver la sonrisa que se dibujaba en mi labios, se relajó y creyó que una vez más había ganado la partida. Pero ambos sabíamos que todas esas palabras eran sólo meros detalles inciertos y ajenos a nuestros lazos. Yo sabía que no le gustaban mis ojos porque le asustaba mi manera de mirarlo. Mi sonrisa era torcida, mi pelo era terriblemente indomable para su gusto, y mi figura dejaba mucho que desear. Y mi voz .. . ehm, era tan.. . ¿normal? . Sin embargo, me enorgullecía de poseer unas perfectas cejas oscuras, una nariz fuera de lo común y lindos calcetines de colores. ¿Por qué a él no le agradaban esas cosas que a mí me hacían tan única en el mundo?
A veces he llegado a pensar que soy demasiado bruja como para que alguien me merezca.
Por eso me miro constantemente en el espejo, con los ojos llenos de ironía reprimida, y me invento pequeños momentos de cuestionamientos, respuestas obvias y rechazos que simbolizan todo lo que no puedo decirme a mí misma salvo a través de terceras personas .. . que no existen .
Él captó cierta incomodidad que se escapaba de sus expectativas, y buscó en sus anteriores palabras alguna punzada de insatisfacción. No la encontró, como era obvio, y sin nada mejor que hacer, me abrazó y me susurró al oído:
- También me gusta tu olor. . hueles como a .. .
- ¿A qué?
- A. . .bueno, no sé, pero es especial.
Me reí a carcajadas frente a mi propio reflejo. Vamos, que no se puede ser tan simplón en la vida .. ¿A quién puede gustarle el aroma de alguien a quien jamás ha olido siquiera? Me di la vuelta, y decidí salir a tomar aire .. . no, no estaba dando resultado. Sinceramente, creo que estoy en medio de una crisis de creatividad.

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