Borrador de un día que no recuerdo.

Monendei, Wedmain 13, año 7474 según el Cómputo de la Comarca.


Hoy, en algún universo alterno, desperté con millones de grillos enredados en el pelo. Querían abrirse paso hasta mis oídos para contarme historias de otras épocas, pero el camino era difícil. Uno a uno, los fui dejando sobre la almohada. Pasó toda la noche, todo el día, y cuando volvió a anochecer, saqué el último grillo de mi nuca. Éste me reveló un secreto: olvida y recordarás. A cambio, le abrí la ventana. Al resto, los metí en una caja y los envié por correo a la dirección más inesperada. Después, me fui a dormir. Sin embargo, desperté otra vez. Tenía un gato desollado a los pies de la cama, y tiritaba de frío. Lo levanté con temor y le creció una cola de sirena. Lo dejé en el agua de mi imaginación, y le crecieron millares de patas, además del pelo. Lo cubrí con una manta, y se transformó en hombre. Cuídame, protégeme, ámame. ¡NO! No soy la madre de nadie, le espeté, y con una patada lo relegué al rincón.

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