Meresdei, Thrimidge 7, año 7472 según el Cómputo de la Comarca.
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Lo sabía. Sabía que el sol algún día se pondría negro, negro el invierno, frío que se cuela en mi cuerpo como nunca antes. Mis manos entumecidas desean entrelazarse con aquellas que dicen adiós a través del vidrio empañado. Irónico, pobre libélula. Se le congeló el vuelo, el fuego permanece invisible. Maldita máscara sin ojos: MÍRAME. No hay castillos en el aire, se queman, mueren entre las nubes, hay una guerra en el firmamento. Ella vendrá, con la luna entre sus manos, y querrás besarla antes de perecer. Querrás que cada uno de sus designios se haga realidad, y llorarás por ello. Yo lo sé. Sé como quitar el manto de oscuridad que te cubre de pies a cabeza. Los árboles caen hoy, casi como la torre de mi voluntad, fortaleza de errores. La fatalidad gira sobre sí misma para ser la suerte del mañana. Mañana, mañana, mañana, todo irá bien, todo irá mal; querida flor, no te deshojes a ti misma, todo está perdido, ¿no lo ves? Mujer, no te desangres, no le des de comer a los dioses, no pintes la derrota en tu rostro.
MÍRAME OTRA VEZ.
Ésa no es tu verdad, es el humo aplastante, el brillo vacío, no te dejes intimidar. Respira. Vete al infierno, pero regresa. No, aún no es invierno, la nieve nos espera para vernos dormir en el sueño de los inocentes. Mi mano encontrará la tuya, y algún agujero negro nos tragará. Nadie quiere vernos aparecer..

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