Highdei, Thrimidge 8, año 7472 según el Cómputo de la Comarca.
.
Sentí tanta vergüenza. Todo, todo, todo lo que guardaba en mi interior, lo había soltado de repente. Toda la ponzoña, toda la rabia, toda la pena infinita. Lo había gritado a los cuatro vientos, sin saber que me observabas desde un rincón y que deseabas acercarte. No pudiste decirme nada, y te marchaste. Yo me quedé helada, hasta que un amigo apareció, me tomó de la mano y me llevó a la calle. Te tengo una sorpresa. Me guió por un camino desconocido, lleno de calles pintorescas y caminos de tierra bañados por el sol. Desde lejos, vi praderas repletas de flores, y una casita protegida por vallas de madera pintadas de colores. Entramos, y ahí estabas tú, viviendo con gente extraña y alegre; niños corrían descalzos por pastizales y charcos de agua fresca. Un olor a almuerzo hecho en olla gigante impregnó el aire, pero no me importaba nada, salvo tú. Estábamos solos, y no me observabas con esa dureza que he estado temiendo durante tantos días. Tus hermosos ojos brillaban tal como brilla mi alma con tu presencia. Quisiste decirme algo adecuado, pero no salió nada más que un: Lo siento.. cuando te oí hablar acerca de cómo te sentías, yo... , y en un par de segundos, estabas besándome como si fuese el último día. No como cuando vas a dejarme para siempre, si no cuando el mundo se va a acabar y no quieres separarte de mí. Yo pensaba - ¿pensaba? - que no podía estar sucediendo, y ya quería morirme otra vez, llorar porque mi cabeza daba vueltas, y no comprendía. El Sol salía justo detrás de ti, y era bello acariciar tu cabello reflejando tanta luz.. Yo suspiraba, aturdida y feliz, aún después, cuando me encontraba cómodamente acostada en mi cama, y no había nada más que un dolor oprimiendo mi pecho. En ese instante, me pareció súbito, pero no... estaba instalado allí desde hace tiempo y no parecía querer marcharse.
Insúltame todo lo que quieras, pero no tengo nada más que sueños. No me culpes por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario